viernes, 14 de octubre de 2011

El desayuno


Ya lo dice el dicho... "desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo".  Y es que, como su propio nombre indica, interrumpimos el ayuno más largo del día. Después del ayuno nocturno, la falta de nutrientes contenidos en los alimentos (como por ejemplo los hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales) podría ocasionar importantes trastornos en nuestro organismo, trastornos que se harían más serios conforme se prolongara el periodo de ayuno.

El desayuno es nuestro primer combustible para enfrentarnos a una dura jornada (bien laboral o de estudios), por lo tanto debe ser equilibrado y tener todos los nutrientes necesarios para que empecemos el día energía y buen humor. Debemos invertir por los menos 20 minutos en desayunar.

En la sociedad del estrés y el desorden, lo más habitual es desayunar un café y un croissant, un zumo envasado y un donuts o, simplemente, nada (según un estudio realizado por eKids un 8,2 % de los jóvenes). Además de lo perjudicial para la salud estar tantas horas sin tomar ningún tipo de alimento, se le suma el hecho de llegar al almuerzo con ansiedad lo que hará que comamos más cantidad de comida, las digestiones se vuelvan pesadas y, además, caeremos en la tentación de comer lo primero que veamos, sin importarnos si es sano o no.


En qué consiste un buen desayuno

Un desayuno sano y equilibrado es aquel que nos aporta al menos una cuarta parte de nuestra ingesta total de calorías, es decir, si tenemos una dieta de 1800 calorías diarias, unas 500 se deberían tomar en el desayuno. Lo ideal sería dividir el desayuno en dos tomas, una al levantarnos y otra a media mañana. Entre ambas se deben repartir estos alimentos:

- Cereales: si son integrales mejor, ya que contendrá todos sus nutrientes sin pasar por ningún tipo de refinado. Alimentos ricos en cereales son el pan, las galletas, el muesli... Estos son ricos en hidratos de absorción lenta, fibra, sales minerales y vitaminas del grupo B.

- Lacteos: podemos tomarlos desnatados o semidesnatados si nuestra intención es perder peso. También podemos sustituirla por leche de soja, más sana y con menos grasas. Los productos lácteos fundamentalmente aportan proteínas y aseguran la cantidad diaria necesaria de calcio. Asimismo contienen vitamina A, D y vitaminas del grupo B. La leche, el yogurt o el queso serán alimentos imprescindibles en nuestro desayuno.

- Fruta: La fruta es rica en hidratos de carbono de absorción rápida, agua, minerales y fibra. Además, es una estupenda forma de proporcionar a nuestro organismo la dosis diaria de vitaminas que necesita, sobre todo de vitamina C. Podemos tomarla en zumos (naturales mejor que envasados), mermeladas o enteras (que nos darán un aporte de fibra que exprimida no nos dará.

Un desayuno sano y equilibrado podría ser:

Primera toma (8:00 a.m.):

- Café con leche
- Tostada de pan integral con aceite de oliva o queso fresco
- Kiwi

Media mañana (11:00 a.m.):

- Bol de muesli con leche de soja
- Zumo de naranja

y ya sabéis... a desayunar!!!

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