Como ya dijimos cuando hablábamos de las proteínas, la soja encabeza la lista de ser uno de los alimentos vegetales con más proteínas (casi 37/100 gramos) y contiene la mayoría de aminoácidos esenciales. En una dieta basada sólo en productos de origen vegetal, la soja es prácticamente indispensable como sustituto de las proteinas de origen animal (como la carne o el huevo). Concretamente la soja texturizada es lo más utilizado en los fogones para hacer hamburguesas, albóndigas o croquetas, por su textura y consistencia, además de por sus propiedades y que contiene hasta un 60 % de proteínas.
La soja texturizada es un concentrado proteico obtenido de la soja, a la que se le ha extraido el aceite y la piel, y se lleva a altas temperaturas, se deshidrata y texturiza, quedando como una harina, dando como resultado un producto alimenticio rico en proteínas, aspecto es muy parecido al de la carne molida, pero que reporta el doble de proteínas que ésta, y cuadriplica las del huevo, y sin contenido de grasas saturadas. Aporta además, fibras, potasio, fósforo, hierro magnesio, vitaminas A, B, C, D, E y G, y también, hidratos de carbono, por lo que es muy recomendable para los deportistas, y es muy buena para quienes padecen de índices de colesterol elevado.
Suele adquirirse generalmente de manera deshidratada por lo que debemos hidratarla antes de utilizarla, durante una hora, con el doble de agua que de soja. Además de sus grandes propiedades nutricionales tiene un atributo adicional: es un producto bastante económico (aproximadamente 2 euros por 300 gramos, que dan mucho de sí). Si bien no se han reportado aún los inconvenientes de la soja transgénica, se aconseja que la soja texturizada a utilizar, sea orgánica, proveniente de cultivos ecológicos.
En el mercado encontramos diferentes tamaños y texturas, desde una harina muy fina hasta del tamaño de los copos de avena. Su sabor es bastante escaso, por lo tanto la condimentaremos con ajo, perejil, o incluso la hidrataremos en caldo de verduras para que adquiera el sabor que queramos.
Es un alimento o complemento ideal para quienes necesiten aumentar el consumo de proteínas, ofreciendo muchas formas de cocinarlo, desde las mencionadas hamburguesas, que igualmente se puede convertir en albóndigas, nuggets, croquetas, etc., hasta incluirlo en guisos con otras legumbres y cereales, hacer una salsa boloñesa, un pastel de ‘carne’, un relleno para las berenjenas o los canelones, etc. También se puede utilizar en panadería y pastelería, incluso la industria la trabaja incluyéndola en algunos productos preparados como texturizante o emulsionante.
Antes sólo se encontraban en herbolarios, tiendas para vegetarianos o ecológicas. Hoy en día su uso es cada vez más generalizado y los grandes supermercados los están incorporando. No tenéis excusa. ¡Es sana, baja en grasas y barata, pon la soja en tu vida!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario